HERACLITO
Natural de Éfeso, en la Olimpiada 69 habría tenido 40 anos (nacimiento 540 a.C.); esto se supone por el cronógrafo Apolodoro. Heráclito menciono a Pitágoras, Hecateo y Jenófanes y aludió indirectamente a Parmenides.
Se lo conocía como un oscuro propositor de enigmas y se dice que esta afición le costó la vida, ya que los médicos no hicieron nada por salvarlo. Los únicos detalles que podemos aceptar como seguros son los que de vivió en Éfeso, que procedía de una vieja familia aristocrática y que estuvo en malas relaciones con sus conciudadanos.
Referencias a Heráclito: el oscuro, el filósofo llorón, el enigmático, y referencias humorísticas. Era desdeñoso y antipático.
Aristóteles lo ubica entre los materialistas jonios, el arche que Heráclito establecía era el fuego.
No se lo puede ubicar entre los physikos, porque para Heráclito el énfasis no va a estar en un presunto principio de índole material del cual todo habría surgido, sino que hay énfasis en el ordenamiento, en una cierta regularidad o legalidad que rige todo lo que hay. El logos define el núcleo del pensamiento heraclíteo; el núcleo de lo real tiene entre sus acepciones al logos.
Se le atribuye un libro: Sobre la physis, que habría tenido tres partes: sobre el kosmos, sobre la polis (sección política) y sobre lo divino (sección teológica).
Testimonio de Plotino: “Se expresaba con imágenes, despreocupándose hacer claro el sentido…”; “Cada uno debe buscar, como él, buscando, encontró”.

DK 93: “Es señor de quien hay en Delfos el oráculo no dice ni oculta nada, sólo da signos”.
Apela al modo de discurso propio del oráculo. Se está refiriendo a Apolo sin nombrarlo, lo evoca mediante signos. Modo de expresión oracular: se caracteriza en no decir algo, pero tampoco ocultarlo.
Práctica délfica de dar consejos: es en forma indirecta, el destinatario cuando recibía la respuesta, entendía que esa respuesta requería una interpretación.
Lenguaje de Heráclito: ambivalencia, estructura del enigma, pero cuando conocemos la respuesta nos parece muy  sencilla. Apunta a aquello que tiene de verdadero, pero sin que tengamos que ahorrarnos el camino por descifrar ese mensaje.

Todo es gobernado a través de todo: hay un plan, designio, pero ese orden o principio ordenador es inmanente, inherente a la totalidad misma. Las cosas mismas exhiben un orden, y ese orden no es azaroso, sino que responde a un plan. Conocerlo es la aspiración del sabio.

DK 108: “De cuantos he escuchado los discursos, ninguno llega al punto de comprender que [lo sabio] es distinto de todas las cosas”.
Lo sabio está separado de todas las cosas, de todos los hombres.
Logoi, discursos de los otros: saben muchas cosas, pero no se han elevado a la comprensión de lo único verdaderamente sabio.

DK 50: “No escuchándome a mí sino al discurso (logos), es sabio convenir (homologein) que todas las cosas son una”.
Parecería que el logos es un discurso que no es solamente el discurso de Heráclito, sino que es un discurso inherente a la realidad misma, un discurso de las cosas.
Homologein: término de uso jurídico, decir lo mismo.
No escuchándome a mí sino al logos, es sabio decir lo mismo que dice el logos.
Mensaje del logos: todas las cosas son una (monismo explicito).

Es sabio: 1) conocer el designio que gobierna todo a través de todo; 2) captar el mensaje del logos, “todas las cosas se reducen a una”; 3) uno y todo se identifican, “identidad de opuestos”.
La sabiduría es el resultado de escuchar el logos y de difundir este mensaje. Heráclito intenta hacer audible un discurso que está en la realidad misma. El logos heraclíteo es el discurso del propio Heráclito y a su vez el discurso que está en la realidad misma.
Khan, “Lo sabio en Heráclito”
“Es sabio, no escuchándome a mí sino al discurso (logos), acordar <y decir> que todas las cosas son una”.
1) contraste entre “escuchándome” y “escuchando al logos”; 2) el juego de palabras homologein “decir de acuerdo”; 3) la definición de sabiduría: y 4) la forma final “todas las cosas son una”.
1) escuchar al logos implicaría la concepción de un orden del mundo como un lenguaje significativo que uno puede oír con mayor o menor comprensión. Heráclito es, después de todo, un prophe’tes (vocero) del logos: sus palabras son un intento por hacer este gran discurso audible para unos pocos…
2) Este pensamiento es desarrollado en homo-logein, “acordar”, que carga con una resonancia fonética de logos y un sentido etimológico de “hablar conjuntamente, decir lo mismo”. Sabiendo cómo escuchar uno estaría capacitado para hablar inteligentemente, sostener rápidamente lo que es común, hablando de acuerdo con el logos universal.
3) la sabiduría o lo sabio (sopón) consiste en esta adecuación de lo privado a lo público, de lo personal a lo universal. Por su estructura racional y su función pública al introducir a los hombres en una comunidad, el lenguaje deviene un símbolo para la estructura unificada del mundo que la sabiduría aprehende.
4) Paradoja: todas las cosas son una. Armonía de opuestos en otros fragmentos.


DK 1: “Aunque este mi discurso (logos) existe siempre, los hombres se vuelven incapaces de comprenderlo, tanto antes de oírlo como una vez que lo han oído… Todo sucede conforme a este discurso…”.
Es el logos de Heráclito como el logos de lo real mismo. Todo sucede conforme al logos: este logos existe siempre.
DK 2: “Mientras este mi discurso (logos) es común, la mayoría vive como si tuviera una mente propia”.

Juan Pablo Marino

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