Acta 07 de julio de 2012


Daniel propone leer “Los proverbios del infierno” de William Blake.
Se aborda la puntuación sobre los capítulos XII, XIII, XIV y XV del Seminario XI dedicados a la puslión. Se propone un esquema para abordar estos capítulos (se adjunta)
         Se ve en el esquema cierta comunidad entre el deseo, la libido, el vacío y la muerte. Todos conceptos que aparecen sucesivamente en estos capítulos y que podríamos ubicar con relación al objeto a. Estas relaciones son a verificar.
         La primera idea que propone Lacan como punto nodal es cómo la pulsación del inconsciente está vinculada con la realidad sexual. En el esquema aparece esto dividido en dos. Por el lado de arriba donde aparece: Puslión, Realidad Sexual podemos ubicar allí el cuerpo erógeno, que claramente ya no es el cuerpo instintual que queda por fuera a la derecha del esquema (Lo orgánico del instinto: ritmo).
         En su parte de abajo el esquema presenta al A, al Inconsciente sostenido en significantes. Tanto los agujeros del cuerpo como la inconsistencia del A se anudarán, vía el ocho interior, en “a”. Es decir existe una comunidad topológica entre los agujeros del cuerpo, zonas erógenas y los espacios entre significantes que agujerean al A, haciendo de éste un sistema inconsistente.
Hernán pregunta, en ese punto si: el ocho interior es equivalente a la banda de Moebius. Si bien la Banda de Moebius dibuja un ocho interios, da la sensación que este esquema está más emparentado a la Botella de Klein o figura topológica del Cross Cap. La diferencia es que en la Banda de Moebius se diferencias dos caras que finalmente termina siendo una sola, en la Botella de Klein aparece claramente distinguido un adentro y un afuera que, en realidad están intercomunicados. El Cross Cap, que es el modelo topológico de la Botella de Klein está constituido por una Banda de Moebius que produce la intervención del cierre interior y un casquete que caerá representando el objeto a. (situación que no queda ubicada en la banda de Moebius, que apunta más a la represenentación del Inconsciente, puntualizando cara y contracara) Es decir, en la banda de Moebius no está representado el bordeado del vacío, ese núcleo de vacío que queda circunscripto. Estos son simplemente unos esbozos cavernícolas de intento de respuesta.
         Alrededor de estos capítulos Lacan insistirá con esta división representada por el esquema. Esquema que fue pensado a partir del párrafo:
         “Inscribo en el punto donde el lóbulo definido como campo del desarrollo del inconsciente recubre y oculta al otro lóbulo, el de la realidad sexual. La libido pareciera ser, entonces, lo que pertenece a ambos. Pero ese sector es, en verdad, un vacío”


         Vemos, entonces, cómo Lacan propone dos lóbulos que en verdad se superpones. El esquema los muestra separados en la parte de arriba y abajo. Los lóbulos representan el Inconsciente y La realidad sexual. Vemos cómo se conectan a través de algo que pertenece a ambos: la libido, que como dice, no es otra cosa que un vacío. Ya aparecieron entonces los tres primeros términos: deseo, libido y vacío. Ambos lóbulos se relacionan a través del vacío.
         Todo lo que Lacan está intentando mostrar es cómo la sexualidad no tiene nada de natural, es decir se aparta de lo orgánico, de lo instintivo; ya el cuerpo no es el cuerpo como aquellos cuerpos que se aparean sino que va a tener que ver con un aparejo en relación a la pulsión.
Por ello la pregunta: ¿Pertenece la pulsión al registro de lo orgánico? Responde: no creo que sea así. Recuerda que ya “Pulsiones y destinos” es un modo de mostrar que la pulsión no es tan natural. Recuerda los elementos de la pulsión para afirmar finalmente que “la pulsión no es el empuje” El empuje que es fuerza constante, a diferencia del ritmo del instinto, está sostenido en qué? Se propone que una posibilidad es que estuviera sostenido desde el vacío y allí pulsión y deseo compartirían un punto en común, punto de comunidad. El instinto a modo de flecha, nace y se extingue.
Entonces, qué le da al instinto esa característica de fuerza constante? Tiene que haber algo que lo transforme y lo tergiverse. Podemos ubicar allí el agujero del sistema simbólico.
Surge que la tergiversación ya es una versión, para vincularlo a lo simbólico. Hay algunos términos de la pulsión que están muy naturalizados, hay cierto de modo de contar la pulsión de Freud que van en esa dirección. Por ejemplo el empuje podría ser: el esfuerzo de trabajo que el soma le impone a lo psíquico.
         El mismo vacío podría ser, al mismo tiempo, lo que hace que el inconsciente siga trabajando, siga pensando; de hecho Freud propone al inconsciente como pensamientos. Se precipita una idea que reúne todo esto último discutido: lo Activo del vacío y no la carne.
         Lacan propone para la pulsión, a diferencia de mito desarrollado por Freud, la idea de ficción tomada de Bentham.
Los cuatro términos de la pulsión aparecen como disyuntos. Se propone que a partir de la incidencia de lo simbólico existe una tergiversación de los términos que podríamos ubicar en el instinto. Disyuntos, implica aquí no complementarios. Lacan toma para ilustrar esto: montaje absurdo, surrealista.
Aparece la idea de estímulo interno, y entonces Lacan se pregunta: “¿Se trata de la irrupción de lo real en su estado de conjunto? ¿Está en este caso involucrado el ser viviente?” Responde: “No”. Y agrega que la constancia, característica de la pulsión, hace imposible que la asimilemos a una función biológica.
         Lacan dice: “se trata del Real Ich”. Aquí aparecen las posibilidades: aquello que sería equivalente al sujeto, como aquel primer yo del proyecto: conjunto de neuronas (que podríamos hacer equivaler a sgtes), es decir el sujeto entre los sgtes. Se propone como algo mítico, el sujeto antes de la pulsión, en el seminario II aparece como la cámara puesta filmando el lago, sin sujeto.
         En el esquema aparece el Yo, moi. Aparece enlazado pero por fuera del esquema, con otra lógica, en una nueva Banda de Moebius. También se circunscribe el ritmo, lo orgánico, los cuerpos que se aparean.
El ritmo, una vez que se constituye la pulsión aparece como la síncopa del sujeto, que es la repetición.
“¿Qué quiere decir la satisfacción de la pulsión? … una de las vicisitudes de la pulsión es la sublimación” Es una posibilidad de camino, una deriva posible. La pulsión no se puede reprimir, solamente su representante.
Daniel desaforado: Muy bien! Muy bien! ;) Se trata de lo que se hace con las representaciones pulsionales. En Lacan también es así porque cuando se habla de fijación pulsional, es una pulsión fijada a un sgte, con lo cual pulsión y sgte están entrelazados y si hablamos de una economía de la pulsión y de una dinámica de la pulsión tenemos que pensar en qué les pasa a los sgtes pulsionales. La fórmula de la pulsión tiene sgtes:  D ◊ $.
        
         Aparece un párrafo, importantísimo: “Es evidente que los pacientes no están satisfechos con lo que son. No obstante sus síntomas tienen que ver con la satisfacción. Satisfacen a algo que sin duda va en contra de lo que podría satisfacerlos, lo satisfacen en el sentido de que cumplen con lo que ese algo exige. El asunto está en saber qué es ese Se que queda allí contentado”


         Aquí es donde comienza a ser operativo el hecho de representar el yo moi anudado en este esquema y con una lógica distinta a la del recorrido de la pulsión y el inconsciente, que queda ubicado del lado izquierdo. El yo tendrá una lógica relativa al narcisismo, una lógica que tendrá que ver con la imagen y la completud, en contraste con la lógica del lado izquierdo que implica lo parcial de la pulsión (incluyendo el recorrido del vacío). La propuesta, entonces, es que ese “no satisfechos con lo que son” es visto desde la lógica del yo, que es quien pena de más con relación a ese Se satisface, paradójico. Lacan rubrica esto diciendo:
         “Sabemos que la forma de acomodo entre lo que anda mal y lo que anda bien constituyen una serie continua. En el análisis tenemos ante nosotros un sistema donde todo se acomoda y que alcanza su propio tipo de satisfacción”


         Esto habilita de alguna manera a conectar el yo moi, en continuidad con el equema propuesto, del lado derecho y con una lógica diferente.
Comienza a surgir a continuación el estatuto del objeto de la pulsión. Es decir, que no se trata de este o de este otro objeto sino más bien del recorrido de un vacío; y si es que aparecen distintos objeto contingentes es para ubicarse en ese lugar dando lugar a la afirmación de Freud: el objeto es indiferente, no tiene ninguna importancia.
         Se centra a continuación en las zonas erógenas con su estructura de borde. Lo que veíamos como la comunidad topológica respecto de la cadena sgte y sus agujeros.


         Lacan va a tomar a Freud, respecto del exhibicionismo  como contrario del voyerismo para diferenciarse de él. Lo critica diciendo que éste los piensa como funciones reales y recíprocas para proponer, a diferencia de éste que la esencia de la pulsión la definirá como: “el trazado de un acto” Esto anticipa el “hacerse” de capítulos posteriores.
         Una posibilidad es pensar en la constitución de un nuevo sujeto en ese recorrido. En vez de se constituye el sujeto se plantea el gerundio: consituyendo, constituciendo. Es decir, que en cada circuito repetitivo. Esa repetición, diferente, ahí se va constituciendo el sujeto. No es que se constituyó. Amalgama entre: constituir y cosiendo.


El capítulo 14 inaugura mostrando que hay dos lógicas: la lógica de lo parcial, de la pulsión (la tendencia) que queda a la izquierda del esquema y la lógica del amor, del lado derecho (lógica del todo, del yo moi, de la totalidad, de la ilusión del amor. Ganze=todo)


         Una vez más un párrafo que describe bien el esquema propuesto: “La pulsión es el montaje a través del cual la sexualidad participa en la vida psíquica, y de una manera que tiene que conformarse con la estructura de hiancia característica del inconsciente”


         A partir de “Respecto de la reproducción las pulsiones son pulsiones parciales” se recuerda que Freud propone que la pulsión se vuelve altruista, al servicio de la reproducción en la pubertad. Esto nos sirve para remarcar que la satisfacción paradojal de la pulsión, es parcial y se agrega, sustitutiva (como suplencia de una titularidad que no hay).
Nuevamente un párrafo que integra al esquema:


         “La pulsión es el montaje a través del cual la sexualidad participa en la vida psíquica, y de una manera que tiene que conformarse con la estructura de hiancia característica del inconsciente”


         Participa, como formando parte, parcial. “la integración de la sexualidad a la dialéctica del deseo…” ¿Qué es lo que hace que el ser humano se reproduzca una vez que el ser humano ha perdido su instintualidad? Una vez que ha perdido cómo orientarse respecto de su partenaire sexual, lo que hace que la especie siga adelante es el deseo, como proponía Freud en relación a la transmisión del plasma germinal. Ese plasma germinal, como motor que empuja a las generaciones hacia adelante, no seria otro que el deseo que viene al lugar de aquel instinto que no hay.
Introduce la idea de aparejo en contraste con el hecho de aparearse.
1. m. Preparación, disposición para algo.
2. m. Prevención de lo necesario para conseguir un fin.
3. m. Arreo necesario para montar o cargar las caballerías.
4. m. Conjunto de objetos necesarios para hacer ciertas cosas.
5. m. Sistema de poleas, compuesto de dos grupos, fijo el uno y móvil el otro. Una cuerda, afianzada por uno de sus extremos en la armazón de la primera polea fija, corre por las demás, y a su otro extremo actúa la potencia.
6. m. Arq. Forma o modo en que quedan colocados los materiales en una construcción. Aparejo poligonal.
7. m. Mar. Conjunto de palos, vergas, jarcias y velas de un buque. Aparejo de cruz, de cuchillo, de abanico.
8. m. Pint. Preparación de un lienzo o tabla por medio de la imprimación.
9. m. pl. Instrumentos y cosas necesarias para cualquier oficio o maniobra.
10. m. pl. Materiales que usan los doradores para aparejar.
            Entonces podemos resumir la idea de aparejo como mecanismo construido con distintos elementos heterogéneos. El apareamiento aparece entonces en términos biológicos mientras que la sexualidad aparece bajo la modalidad de un aparejo, de un montaje, de un artificio. Así pulsión es sinónimo de montaje. La sexualidad participa de la vida psíquica a través del montaje pulsional.
         Se hace incapié a la idea de conformarse: confórmate con la conforma, con la forma del sgte. No se puede gozar de una manera que no sea esta. La sexualidad está destinada a recorrer estos caminos, es una conformación sustitutiva. La única sexualidad es la que ha sido transformada en este montaje. Se propone descartar la idea de sexualidad en sí para arribar a un amoldamiento a la estructura sgte. La única sexualidad es la que ha sido transformada, generada de entrada en este montaje. La pulsión tiene que conformarse con la hiancia del Inconsciente. La fórmula de la puslión, de hecho incluye la D, de demanda. La demanda es del sgte. El fantasma aparece aquí como una promesa de goce total. En el texto Sutilezas analíticas, Miller desarrolla este aspecto claramente.
El sgte toca el cuerpo, introduciéndole aparejos. El sgte enferma el cuerpo. El aparejo le impide aparearse.  


         Lacan destaca las tres voces de la pulsión propuestas por Freud, pero para agregarle el “hacerse”, como función activa. Este “hacerse” deberá incluir al Otro para volver a la fuente. En la imagen freudiana de los labios besándose a sí mismos, no queda del todo incluida la función del vacío que es necesario que la pulsión recorra.
Comienza a abordar el objeto como hueco, vacío que cualquier objeto puede venir a ocupar. Allí agrega que el paso de la pulsión oral a la pulsión anal no se trata de un proceso natural madurativo, sino que implica una inversión. Inversión que tendrá que ver con la demanda, demanda al Otro y demanda del Otro. Se hace la diferencia entre el hacerse chupar y el hacerse cagar, se trata de dos fuentes distintas en juego, implicando zonas erógenas distintas.
         Con esta idea de que “la pulsión desempeña su papel en el funcionamiento del inconsciente” se ve claramente como en el esquema es posible plegar la parte de arriba junto con la de abajo. Así quedan íntimamente ligados: inconsciente y realidad sexual, siendo el agujero central lo que estará en la base de todo este constructo.
         Una pregunta de Lacán aparece como fundamental: “¿en qué momento vemos introducirse la posibilidad del dolor en la pulsión sado-masoquista?” Daría la sensación que el dolor aparece allí donde el sujeto queda como objeto de ese se satisface. El sujeto como objeto encarnado en su yo, queriendo controlar lo incontrolable. Cuanto más se quiera controlar ese “se satisface” más dolor se sentirá.  El dolor aparece como el desgarro entre dos lógicas distintas, la lógica de la pulsión, del lado izquierdo del esquema, y la lógica del yo, del lado derecho. El dolor como la traducción subjetiva a nivel yoico.
         Se propone que la pulsión en sí misma no duele, es decir fumar un cigarrillo sería disfrutable en sí. El tema que hace al dolor aparece con la repetición misma: un cigarrillo, otro cigarrillo, y otro cigarrillo.
Cuando se habla de impulsiones o de compulsión, el punto es subrayar un circuito pulsional enloquecido, indominable. Más bien la pulsión es la impulsión misma. Es la estabilidad de un circuito que se relanza permanentemente. El fantasma hace a la estabilización de un síntoma, que será siempre el mismo, síntoma que estará sustentado por la misma satisfacción. De hecho Miller, con relación a la idea de Sinthome (vaya a saber dónde) propone que se trata de la conjunción entre síntoma y fantasma. Es decir que no se trata de dos cuestiones distintas, sino de la misma.


         “El problema de la meta, de las metas sexuales, nos obliga a retomar algunos conceptos inherentes al de pulsión. En cierto sentido toda pulsión puede considerarse como de meta inhibida si se entiende la pulsión genital como el colmo de la satisfacción, como la meta sexual por excelencia. Podemos concluir que desde esta perspectiva toda pulsión falla en la meta porque ésta, la meta, no hay (como no hay relación sexual). Vale decir, en relación a lo real de la reproducción sexuada la pulsión es parcial. Y en relación a lo imaginario de la relación sexual posible la pulsión, toda pulsión es de meta inhibida en razón de su propia imposibilidad interna. Dicho de otro modo, si la inhibición presupone un obstáculo al cumplimiento de la meta, éste, no es externo ni accidental sino necesario e intrínseco a la pulsión, pudiéndose situar dicho obstáculo en algo esencial de la función que rehúsa la satisfacción total y lleva a buscar otros caminos” S. Freud   


Enfoquemos entonces el problema de la relación entre pulsión y meta desde el siguiente ángulo. Una pulsión se distingue de un estímulo, pues, en que proviene de fuentes situadas en el interior del cuerpo. Actúa como una fuerza constante y la persona no puede sustraérsele mediante la huida. En la pulsión pueden distinguirse fuente, objeto y meta. La fuente es un estado de excitación en lo corporal. La meta es la cancelación de esa excitación. Y en el camino que va de la fuente a la meta la pulsión adquiere eficacia psíquica; la representamos como cierto monto de energía que esfuerza en determinada dirección. De este esforzar, drang, recibe su nombre: pulsión. Detengámonos un instante en este punto. Los cuatro términos que se usan en conexión con el concepto de pulsión tal como se formulan en “Pulsiones y sus destinos” se reducen al tres: fuente, objeto y meta. Es que el cuarto: el esfuerzo, la perentoriedad, el drang, es en este texto lo que define propiamente a la pulsión; y esto en tanto la pulsión adquiere eficacia psíquica y en tanto se define como una fuerza constante. En resumen, el cuarto término más que un término aparece como el carozo del concepto mismo de pulsión. Qué quiere decir que la pulsión adquiere eficacia psíquica sino que es como merced a un proceso de metaforización de pérdida y sustitución o mejor dicho de…”

Escuela Freudiana de Buenos Aires/miembros/Rodriguez Ponte/Sublimación




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